Mi Reflejo


Cada mañana veo mi reflejo en el espejo, por lo general es para inspeccionar con que estoy trabajando, y siempre, SIEMPRE, necesita ajustes. Pero el espejo en mi baño no es el único, tengo espejos en otros lugares de mi casa, para estar vigilante en cuanto a si me veo o no presentable. Hay uno en particular que esta situado al lado de la puerta de salida. Y siempre, SIEMPRE, antes de abrir la puerta, me veo en ese espejo para asegurarme que no haya algo que ajustar. Ahora, por favor, no me mal interpreten, no quiere decir que todo el día me paso sentada frente a un espejo. Si no que en el transcurso del día, mientras hago mis tareas diarias, cada espejo me sirve para reajustar lo necesario. 
Hoy, mientras escuchaba una predica me llamo mucho la atención este versículo:
“También hizo la fuente de bronce y su base de bronce, de los espejos de las mujeres que velaban a la puerta del tabernáculo de reunión” Exodo 38:8. Les daré un poco de contexto: 1) esta parte de Exodo esta hablando sobre la construcción del Templo. El versículo 8 del capitulo 38 esta hablando específicamente de la fuete que usaban los sacerdotes para lavarse antes de entrar al tabernáculo. en la Biblia el agua es una símbolo de la Palabra de Dios. 2) Las mujeres israelitas recibieron muchos regalos al salir de Egipto, entre los cuales estaban los espejos. Los espejos de antes no eran como los de ahora, eran hechos de bronce, sin la parte de vidrio y plata que nosotros ahora conocemos. El reflejo era directamente del bronce. 
La foto que este versículo nos da es simplemente maravillosa. Las mujeres que dieron sus espejos para el servicio del Señor fueron aquellas que “velaban a la puerta del tabernáculo de reunión” Estas mujeres entendieron que mas que lo que el mundo pudiera mostrarles sobre ellas, era lo que Dios les mostraría. Al nosotros pasar tiempo en la Biblia, siendo trasformadas por la hermosura de su evangelio, la Biblia nos esta leyendo a nosotros. Pensemos por un momento en la fuente hecha de los espejos. Los sacerdotes se reflejaban en el agua y a la vez en el bronce de la fuente. La Biblia dice que nosotros somos “Real Sacerdocio” al nosotros vernos a la luz de la Palabra de Dios esta quiere mostrarnos que hay en nuestro corazón, lo que Dios ha hecho hasta hoy y lo que aun falta por hacer. Este comentarista bíblico dice: “El metal para la fuente de bronce provino de los espejos de las mujeres que velaban – ¡es una cosa maravillosa que las personas rindan la medida de su propia apariencia por la purificación de Dios!” (enduringword.com, 2004 David Guzik)
Más importante de lo que yo pueda ver en todos los espejos de mi casa, esta la que Dios ve en mí, lo que quiere purificar y cambiar en mí. Más importante que la imagen que el mundo tiene sobre mí, es lo que mi vida refleja sobre mi Salvador. 
“Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era.” Santiago 1:23-24. Muchas veces Dios nos muestra nuestro reflejo en su palabra, y hacemos lo que dice Santiago. No nos gusta lo que vemos, o simplemente decidimos ignorarlo. Inconscientemente escogemos lo que nos gusta, o con lo que estamos de acuerdo y desechamos el resto… Hubo una mujer que también veía su reflejo en el agua… Ella salía a recoger agua de este poso en el medio día, la hora más caliente del día. El resto de las mujeres salían a recoger agua, muy temprano en la mañana, para evitar el calor del medio día. Ello no, ella prefería el calor del medio día a tener que soportar las murmuraciones sobre ella que las otras mujeres hacían. Todos sabían su historia, no era oculta para nadie… había tenido 5 maridos y con el que actualmente estaba no era su marido… Eso era lo que ella veía, cuando sacaba el agua del poso, cuando caminaba por las calles de samaria, cuando escuchaba lo que otros murmuraban de ella. Sin embargo un día, tal vez uno de tantos, este poso tenia algo diferente que mostrarle. Ese reflejo no vendría del agua, o de los demás, sino del Verbo hecho carne. Lo que Jesus le mostró no fue para condenación, si no para salvación… Ese es el corazón de Dios al mostrarnos algo desagradable sobre nosotros. 2 Corintios 7:10 dice “Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte.” Eso, que Dios me muestra al pasar tiempo en su palabra, eso desagradable que quiero esconder. Lo que al verme en el espejo cada mañana, por más que quiero por mas que intento, no puedo arreglar en mis propias fuerzas. Dios me hace verlo, para que recuerde que a sus pies puedo ser purificada, y solo en sus fuerzas puedo ser sanada.
Velemos a sus pies, hermanas, para ser santificadas por medio de Su verdad. 

Karla Avalos Carrasco
Colaboradora, Iglesia Biblica Gracia Eterna

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