Como Hacemos Iglesia

La forma en que hacemos iglesia cambio, no hay dudas al respecto, si nos gusta o no es el problema. Sin embargo creo que hay algo que tenemos que tomar en consideración: Dios ha estado cambiando la forma en que “hacemos iglesia” desde el principio de los tiempos. Tomemos a Adan y Eva por ejemplo. Ellos tenían una forma perfecta de “hacer iglesia” después el pecado entro en la ecuación. Ellos intentaron hacer lo mejor posible para presentarse ante Dios cubriéndose con hojas, pero Dios llego y les dio una forma diferente. Abraham era un adorador de ídolos (Josue 24:2) Pero Dios lo llamo y cambio la forma en la que Abraham “hacia iglesia”. El tiempo paso, y al caminar por el linaje de Abraham vemos cómo ellos construían posos o amontonaban piedras en adoración al único Dios viviente. Después de siglos de ser esclavos en una nación idolatra, Dios uso a Moises para darles una nueva forma de “hacer Iglesia”. La forma en que los Israelitas “hacían iglesia” era tan diferente, que para el resto de las naciones era impactante el saber de un Dios que no requería de sacrificio humano. Sin embargo con el tiempo los israelitas perdieron su camino, y Dios nuevamente cambio la forma en que “hacían iglesia”

Por medio del profeta, Dios anuncio que ya no escribiría su ley en tablas de piedra, si no en los corazones de sus hijos. Aunque ese fue el plan desde el principio fue en este momento en el que se revelo el corazón del plan, sin embargo muy pocos entendieron. Siglos después El que cambiaria por siempre la forma en que “hacemos iglesia” vino. Él hizo tabernáculo entre nosotros, y después de su sacrificio perfecto, la iglesia fue creada y puso al mundo de cabeza. 

Jesus, Dios, es lo único constante en medio de esta siempre cambiante forma en la que ‘hacemos iglesia”. Los discípulos visitaban las sinagogas no para ser predicadores de la ley, si no para ser pescadores de hombres. Un grupo de 12 hombres transformo el mundo dejando que Jesus los guiara cada paso del camino. Sin importar dónde, cuando o a quien ellos, predicaban el mensaje de salvación de Cristo Jesus. Ellos se acostumbraron una siempre cambiante forma de “hacer Iglesia” porque esto se convirtió en algo de vida o muerte. Un día ellos estaban predicando en las calles de una ciudad, y al siguiente le predicaban al guardia que los había encarcelado. Ellos sabían que la iglesia no era un lugar, pues Jesus no vino a morir por un edificio. La iglesia son las personas que se reúnen en el templo, quienes pusieron su confianza en el Salvador de sus almas. 

Allí es donde estamos ahora. Con frecuencia me pregunto si nos acostumbramos tanto a nuestra forma de “hacer iglesia” que Dios tubo que sacudirnos para recordarnos lo que es en realidad la iglesia. Por favor no me mal interprete, amo la comunión con los hermanos en el templo. Amo los servicios los domingos en el templo donde podemos compartir cómo familia en Cristo. Sin embargo creo que era tiempo de salir de la zona de comodidad de lo que conocemos, y llevar a la iglesia a lugares donde quizá no nos sintamos muy cómodos. 

En estos tiempos IBGE sé a expandido. Por medio de la transmisión de los servicios dominicales por Facebook Live, hemos podido llevar el mensaje del evangelio a un numero creciente de personas. Semana tras semana podemos ver qué más y más personas son alcanzadas por el mensaje de Salvación de Cristo Jesus. Durante la cuarentena IBGE ha ayudado a distribuir más de 3 millones de libras a en nuestra comunidad. IBGE esta llevando el mensaje de salvación no solo por medio de la predicación de la palabra, si no también muestra el evangelio a travez del servicio a los demás. 

Estamos comprometidos a llevar el evangelio de Jesus sin importar lo que esto implique. Ya sea por media social, en persona, o en cualquier otra forma en la que Jesus nos guíe. Nosotros podemos estar en cuarentena, pero no la palabra de Dios. En estos tiempos miedo e incertidumbre son la nueva norma, pero nosotros como la iglesia, tenemos el remedio para esto, Jesus. 

Debemos aprender a ser la iglesia, y no a “hacer iglesia”. Ese tiempo maravilloso que compartimos al final de cada servicio tiene que ser llevado más allá de las paredes de un templo, a un mundo esta en desesperada necesidad de compañerismo. A un mundo que puede ser impactado por un Dios que requiere nada de ellos, pero que dio Su vida por ellos. 


Karla Avalos Carrasco

IBGE team member

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